Los reinos peninsulares cristianos se
pueden clasificar de la siguiente manera:
Núcleo occidental o cantábrico.
Su origen estaba en la
Cordillera Cantábrica.
Fueron estados fundados por los
montañeses galaicos, astures, cántabros y, en menor medida,
vascones, quizá organizados y dirigidos por nobles
visigodos y mozárabes.
Son Asturias/León (incluyendo Galicia)
y Castilla (condado del anterior que se independizó en el
siglo X).
Núcleo oriental o pirenaico.
Su origen geográfico estaba en los valles de los
Pirineos.
Aunque existió una tendencia de los montañeses de los
Pirineos semejante a la del núcleo occidental, este núcleo se
caracterizó por la intervención de los francos desde la
actual Francia.
Su influencia fue mayor cuanto más al este (menor
entre los vascones de Navarra y mayor entre los hispanovisigodos de
los condados catalanes).
A esta zona se le conoció también por
la Marca Hispánica y
fue dividido en condados como el resto del Imperio Carolingio.
Los
territorios de la Marca Hispánica se suelen agrupar en tres
focos:
- El Vasco-Navarro que dio lugar al Reino de
Pamplona/Navarra.
- El Aragonés que dio lugar al
condado/reino de Aragón y los condados de Ribagorza y Sobrarbe.
- El Catalán que dio lugar a una gran variedad de condados, siendo
el más importante y teniendo un papel unificador, el de
Barcelona.
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