En el gótico, la escultura se dio sobre todo en las fachadas de las iglesias.
Se usaron las gárgolas para evacuar el agua de los tejados (canalones).
A partir del siglo XIV, la escultura se independizó de la arquitectura y se mostró en retablos y en monumentos funerarios.
Esta escultura fue muchísimo más realista que la románica, tanto en los vestidos como en los rostros humanos.
Las figuras adaptaron movimiento, volumen y además formaban escenas, cosa que no ocurría en el románico.
De esta época se conocen muchos autores de esculturas o retablos como los españoles Gil de Siloé, Guillermo Sagrera, Pere Oller y Pere Joan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario